Resultados Encuesta situación laboral de trabajadores de la comunicación en Quintana Roo.
Informalidad, pagos a destiempo, salarios bajos, incluso, por debajo de la línea de pobreza, además de discriminación y tratos denigrantes son algunas de las irregularidades laborales y agravios señalados por trabajadores de la comunicación en una encuesta realizada por la Red de Periodistas de Quintana Roo.
El ejercicio demoscópico fue realizado del 8 al 28 de mayo de 2020, se contó con la participación de 67 comunicadores residentes de Quintana Roo, de los cuales, 52 son hombres y 15 mujeres —entre reporteros, fotógrafos, camarógrafos, editores, redactores, diseñadores, community managers, un analista y un productor— y se hizo con el objetivo de obtener información sobre las condiciones laborales en medios de comunicación de la entidad, ya sea en formato impreso o digital.
Relación laboral
La mayoría de los entrevistados (55.2%, es decir, 37 personas) declararon tener un contrato directo con la empresa para la que trabaja.
Solo un 19.4% se definió como independiente o freelance, otro 16.4% refirió estar contratado a través de outsourcing y un 9.3% dijo trabajar sin ningún contrato de por medio.
Presentado así, Quintana Roo pareciera ser tierra de formalidad laboral, donde priman los contratos sobre el empleo irregular. Sin embargo, cuando se preguntó por el tipo de contrato, las cosas cambiaron significativamente.
Solo tres de cada 10 reporteros cuentan con un contrato escrito, formal y con prestaciones de ley o superiores a éstas; el resto labora con acuerdos fuera de todo fundamento legal.
Así pues, el 49.9% (33 personas) refirieron que su contrato consiste en un simple acuerdo de palabra con el empleador.
El 34.8% de los encuestados (23 personas) detallaron que el acuerdo se trata de un pago fijo por el trabajo realizado, el 13.6% (9) informaron que cuentan con un apalabramiento de pago por nota publicada y el 1.5% (1) dijo que existe una promesa de pago fijo, pero que éste “nunca llega a tiempo ni en una sola exhibición”.
Otro 12.1% (8 encuestados) trabaja bajo un esquema de honorarios y el 4.5% (3encuestados) restante dijeron tener un acuerdo por “colaboración”, ser “freelance” o no recibir pago alguno (sin que brindaran más información al respecto).
“Los dueños solo ven por sus intereses, en la mayoría de los casos trabajamos sin contrato, sin prestaciones y con un sueldo que ni siquiera llega a tiempo. Pero ellos sí cobran bien y a tiempo por sus convenios”, se lee en un comentario de algún encuestado anónimo.
Y prosigue: “En ocasiones han tardado más de quincena y media en pagar y hay compañeros de otros medios que han pasado meses sin ver su sueldo. Protestar o denunciar no es fácil, porque los dueños se protegen entre sí y los funcionarios les ayudan,
generalmente. Además, cada vez tienes que hacer más en tu trabajo y ganas menos.
Todo por un mísero sueldo, pero por desgracia no hay tantas opciones laborales y se ven o nos vemos forzados a entrarle. Y hay mucho más por denunciar: acoso laboral, sobre todo a mujeres, acoso sexual, falta de ética, robo del trabajo de unos medios a otros, etc.”
Salarios de pobreza
Para mayo de 2020, la Coneval fijó en 3 mil 204 pesos mensuales la línea de pobreza medida por ingresos. Pues bien, según los resultados de la encuesta, el 16.9% de los consultados (11 participantes) se encuentra en esta condición al recibir un salario por debajo de esta cantidad, lo cual implica estar imposibilitado para cubrir el valor monetario de una canasta de alimentos, bienes y servicios básicos.
Este grupo de entrevistados declaró ganar entre 0 y 3 mil 500 pesos al mes.
Otro 9.2% (6 participantes) manifestaron recibir entre 3 mil 600 y 6 mil 500 pesos al mes, es decir, un salario mínimo, aproximadamente, y 20% (13 participantes) afirmaron ganar entre 6 mil 600 y 9 mil 500 pesos mensuales, que son menos de dos salarios mínimos.
Estos tres grupos forman parte de los 40.9 millones de mexicanos que, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), ganaron las remuneraciones más bajas del país durante el primer trimestre del 2020: entre uno y tres salarios mínimos diarios.
Hay en todo esto un dato que llama poderosamente la atención: 12 de las 30 personas del sector arriba referido, del grupo más desfavorecido, tienen que mantener dos y hasta cuatro trabajos para conseguir ese salario.
Para decirlo brevemente: algunos periodistas de Quintana Roo tienen que trabajar para más de un medio, pues solo así conseguirán juntar hasta tres salarios mínimos.
Uno de los participantes de la encuesta es un community manager que trabaja de manera independiente y que declaró trabajar para tres medios —en todos con “contrato de palabra”—, que ni sumados superan un salario de 4 mil pesos mensuales.
Ahora bien, el 43.1% (28 participantes) informó ganar entre 9 mil 600 y 13 mil 500 pesos, otro 9.2% (6 participantes) aseguró recibir entre 13 mil 600 y 20 mil pesos y solo una persona (1.5%) declaró ganar más de 20 mil.
Vale destacar que la mayoría de estos últimos cuentan con contrato escrito y con prestaciones de ley o superiores.
Este sector forma parte del reducido grupo de 3.7 millones de mexicanos que ganan entre 3 y 5 salarios mínimos diarios, de nuevo, según datos del Inegi.
No obstante las mejoras, en este grupo también se repite el fenómeno: 15 personas ocupan entre dos y cuatro empleos, lo cual les permite sumar un mejor salario, aunque a costa de mayor carga de trabajo y todas las consecuencias que de ello se derivan.
De todo el universo de encuestados, el 41.8% trabaja solo para una empresa, el 35.8% trabaja para dos, el 17.9% para tres y el 4.5% para cuatro.
Es preciso destacar que cinco de nueve adultos de mediana edad (46 a 60 años) trabajan en dos o más empleos.
En suma, en Quintana Roo, trabajar para dos o más medios te puede llevar a tener un “buen” salario, pero también a lo opuesto: a estar por debajo de la línea de pobreza por ingresos, tal como ocurre con el ejemplo del community manager antes citado.
Pagos bajos y a destiempo
Un total de 33 personas (el 50%) no reportaron anomalías en los tiempos de pago: su salario siempre llega a tiempo. Sin embargo, hay otras 33 que manifestaron problemas con la puntualidad de sus pagos.
De este grupo, 15 personas (22.7%) dijeron que su pago “a veces se retrasa”, mientras que 17 (25.8%) sostuvieron que “siempre se retrasa” y una persona aseguró que “nunca recibe su pago a tiempo”.
Son los trabajadores que no cuentan con un contrato escrito, los que laboran con un acuerdo “de palabra”, quienes reportaron padecer esta irregularidad, pues no hay acuerdo legal con el cual puedan exigir sus derechos laborales.
Más aún: son los trabajadores de la comunicación con los salarios más bajos los que sufren el atropello, pues 20 de los que reportaron pagos a destiempo ganan por debajo de los 10 mil pesos. Cómo último detalle: casi todos son reporteros.
Por otro lado, 55.2% (37 personas) asegura que desempeña actividades adicionales establecidas en el contrato; el resto se aboca sólo a las tareas originalmente acordadas.
De estos hay varios ejemplos, uno de ellos el de una una trabajadora independiente, con contrato de palabra, que gana menos de 4 mil pesos al mes, con pagos a destiempo, que desempeña labores extra a las señaladas en el acuerdo.
Ella manifestó que ocupa tres empleos para poder sobrevivir, en los cuales ha sido discriminada por razones de género y que, por si fuera poco, durante la crisis sanitaria generada por el coronavirus su empleador decidió recortar su salario entre el 16 y 30%.
Mujeres en el medio
La encuesta fue respondida por 15 mujeres. Solo cuatro de ellas declararon contar con un contrato, dos de honorarios y otras dos uno formal con prestaciones de ley. (En ningún caso con prestaciones superiores). El resto, están “contratadas” de palabra.
De ellas sólo seis se desempeñan como reporteras. Las demás ocupan puestos de edición, community manager y producción.
El pago del salario de 10 de las consultadas siempre se retrasa, según los resultados de la encuesta. Solo en el resto de los cinco casos el pago llega a tiempo.
Siete mujeres refirieron trabajar para solo una empresa; ocho para dos o más.
Tratos denigrantes, discriminación y censura
La Red de Periodistas de Quintana Roo elaboró tres últimas preguntas para tener una aproximación a casos de violación a derechos humanos en medios de comunicación de la entidad.
Un total de 19 encuestados manifestaron haber sido víctima de discriminación o acoso al interior de su trabajo.
El 44.8 por ciento reconoció haber presenciado actos denigrantes hacia él/ella o alguno de sus compañeros de trabajo. El resto negó que haya sucedido tal acto en su trabajo.
Por último, 34.3% aseguró que existe “mucha” censura en el medio en que trabaja, 32.8% consideró que hay “algo” de censura, 16.4% dijo que “poca” y 16.4%, “ninguna”.
Al respecto, reproducimos una declaración anónima de un encuestado: “El gobierno es el principal alentador para que los que desempeñamos la labor periodística sea denigrada y en ocasiones si hay una información que ellos no quieres que salga al público, hacen una llamada al medio para el cual uno labora para hacer que nos sancionen o en su caso para que nos descuenten del salario”.
Mientras que otro opinó: “Se me hace totalmente increíble que nuestro trabajo sea comunicar y que en muchas ocasiones seamos los más denigrados, los más censurados, los peores pagados y que trabajemos en condiciones deplorables, sin seguro, sin prestaciones y sin ningún derecho laboral alguno; y que no podamos decir nada por miedo a que hablen mal de nosotros en otros medios y no poder conseguir trabajo después”.
Los resultados aquí expuestos reflejan la situación laboral de los trabajadores de la comunicación en Quintana Roo previo a que los empleadores decidieran implementar recortes o despidos, poniendo como pretexto la crisis generada por el coronavirus.
Para consultar estas medidas ilegales y sus consecuencias en ámbito laboral del gremio puede consultar el trabajo que la Red de Periodistas de Quintana Roo hizo al respecto, disponible en: https://t.co/roGdsE4kuq?amp=1
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