Quintana Roo, el estado con la industria turística de mayor crecimiento en el país, atraviesa por una crisis de inseguridad y violencia ocasionada por grupos del crimen organizado: este año suman 288 ejecuciones, la mayoría perpetradas en los ayuntamientos de Benito Juárez (Cancún), con 177, y Solidaridad (Playa del Carmen), con 88.
Es tal la preocupación de los hoteleros que algunos han llegado a proponer cerrar durante un mes los centros de hospedaje para presionar a las autoridades de los tres niveles de gobierno a fin de que atiendan sus reclamos y apliquen cuanto antes medidas contundentes para poner fin a este paraíso de las células delictivas locales, nacionales e internacionales.
La cifra de 288 ejecuciones en los primeros cinco meses y medio de 2019, según un recuento de La Jornada, se completa con 10 casos recientes en Tulum, uno de los destinos turísticos con menor población; cinco en Puerto Morelos, tres en Chetumal, capital del estado; tres en Felipe Carrillo Puerto y dos en Isla Mujeres.
En su reporte de marzo pasado, el organismo civil Semáforo Delictivo Quintana Roo ubicó a la entidad gobernada por Carlos Joaquín González en el quinto lugar nacional en homicidios; undécimo en secuestro, séptimo en extorsión y decimoquinto en robo de autos.
Con información de Vanguardia.