“Latente la inquietud de mi espíritu, amante de la verdad y de la justicia, humanamente hablando, me vi en la necesidad de escribir”.
Nellie Campobello
Nacida en Villa de Ocampo, Durango, diez años antes del estallido de la Revolución mexicana, Francisca Ernestina Moya Luna, mejor conocida como Nellie Campobello, se convertiría en años posteriores en una importante narradora de este movimiento armado y en una de las bailarinas más importantes del país que marcaría con su pionera labor dancística un hito en esta disciplina.
Campobello creció en Durango e Hidalgo, donde fue testigo en carne propia y a muy corta edad de los enfrentamientos que desató la Revolución mexicana, pero, tras la muerte de su madre, ella y su familia se trasladaron a la Ciudad de México.
Fue en la capital del país donde Campobello conoció la danza y desarrolló su carrera después de estudiar en una escuela inglesa y de convertirse en alumna de Lettie H. Carroll, coreógrafa y empresaria estadunidense pionera en la enseñanza de la danza en México.
Nellie Campobello se relacionó con importantes artistas e intelectuales de la época, lo cual le permitió abrirse camino y, al lado de su hermana, Gloria Campobello, pronto se convirtió en una figura importante de la vida cultural del país.
Ambas hermanas fueron invitadas a presentarse en La Habana, Cuba, donde conocieron al entonces embajador mexicano Carlos Trejo, quien al ser nombrado titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) puso en marcha un proyecto de danza nacional en el que participaron Nellie Campobello y su hermana; además, Campobello impartía clases de danza en la Casa del Estudiante Indígena.
El presidente Lázaro Cárdenas confió a Nellie Campobello la elaboración de una coreografía para conmemorar por medio de su representación la Revolución mexicana; de dicha encomienda surgió el Ballet 30-30. En la pieza participaron niños que representaban al pueblo, mientras que la propia Nellie a la Revolución.
En 1932 se creó en la Ciudad de México la Escuela de Danza, considerada la primera institución pública dedicada a la enseñanza de la danza en México. Esta instancia tenía por meta investigar las diferentes danzas del país, formar bailarines y generar un cuerpo de baile profesional.
La trayectoria y experiencia de Nellie en el campo dancístico la convirtieron en directora de esta institución hacia 1937. Su paso como máxima autoridad marcó un antes y un después, pues logró consolidar dicha institución como un importante centro educativo de la danza que fungió como plataforma para la formación de bailarines y bailarinas profesionales.
En 1938, la institución cambió su nombre a Escuela Nacional de Danza y actualmente es conocida como la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, nombre otorgado en honor a Nellie, quien fue directora de la institución por más de 40 años, y su hermana.
La danza no fue el único campo en el que Campobello se desarrolló, pues la escritura fue una importante actividad para ella, incluso es aún más conocida por esta labor debido al importante lugar que guardan sus obras en la literatura mexicana.
En 1931 Campobello publicó Cartucho, un texto que originalmente contenía 33 relatos breves que registran diversos acontecimientos que tuvieron lugar en la región de Parral en la época más violenta del enfrentamiento armado de la Revolución mexicana.
La importancia de esta obra radica en que se trata del primer libro que versa sobre la Revolución que es escrito por una mujer; además, su particularidad se halla en que, a diferencia de otras novelas sobre la Revolución, la de Campobello registra el movimiento armado que se dio en el norte del país, específicamente en Chihuahua y Durango.
Los relatos que conforman el libro oscilan entre el cuento, la crónica y la novela histórica, pues tienen un carácter testimonial y están basados en personajes y hechos reales. Un aspecto peculiar de la obra es que la voz narradora es una niña que presencia este momento de la historia. Asimismo, la narrativa del libro de Campobello se aleja de la arropada por el discurso dominante que calificaba a los villistas como “bandidos”, “criminales” y “asesinos”, características lejanas a las que la propia Campobello había conocido.
La profunda admiración hacia Francisco Villa llevó a que Nellie Campobello se adentrara en una investigación que tuvo como resultado el libro Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa (1940). La realización de esta obra se logró gracias a documentos que le fueron proporcionados por Austreberta Rentera, esposa de Francisco Villa. En este texto, Campobello se aleja de lo literario y su escritura adquiere un carácter histórico.
Destaca también en su producción literaria Las manos de Mamá (1937), un texto que se desarrolla en el contexto revolucionario y el que la autora dedica a la memoria de su madre, figura importante a lo largo de su vida. Asimismo, Campobello publicó un libro de poemas intitulado Yo, el cual fue editado por Dr. Atl en 1929.
El talento, la trayectoria artística, el empeño y el trabajo literario de Nellie Campobello la convirtieron en una precursora, en diferentes dimensiones, tanto en la danza como en la literatura, pues logró que su voz, ideas y propuestas artísticas fueran escuchadas y tomadas en cuenta en una época en la que de manera predominante las mujeres tenían poca participación en la vida pública.
Nellie Campobello falleció en 1986 en Hidalgo mientras se encontraba desaparecida tras ser privada de su libertad por María Cristina Belmont, exalumna de Campobello, y su esposo.
Con información de Cultura.