Jóvenes del cuarto semestre del cuarto semestre del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur, presentaron un proyecto llamado “Degradación de poliestireno a través de la microbiota de Tenebrio molitor y Artemia franciscana”. En su estudio, proponen degradar unicel por medio de la microbiota de Tenebrio molitor —denominado comúnmente gusano de harina—, y una especie de crustáceo: Artemia franciscana.
“Luego de 32 años, un plato de unicel se degrada menos del uno por ciento, pero con nuestra propuesta, a las cinco semanas se degradó 20 por ciento”, explicó Heinze Balcázar.
Nirvana y David han trabajado desde el primer semestre de bachillerato (ingresaron al programa Jóvenes hacia la Investigación, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia) para lograr estos resultados.
En México, de acuerdo con la Asociación Nacional de Industrias del Plástico y la Asociación Nacional de la Industria Química, se calcula que se producen 125 mil toneladas de unicel, y 30 por ciento se consume en la Ciudad de México.
Apoyo de sus asesores
El apoyo de sus asesores, Pável Castillo Urueta y Magali Estudillo Clavería, académicos del CCH Sur, ha sido importante.
Para Castillo Urueta, la necesidad de conocimiento es una parte fundamental de estos alumnos. “Entrega y pasión es de lo que están llenos estos jóvenes, los caracterizan esas cosquillitas por conocer”.
Además, el éxito de sus indagaciones se debe a su constancia, refirió Estudillo Clavería.
Nirvana quiere estudiar Medicina, y David, Química. Ellos saben que esta investigación es importante “para avanzar como sociedad”.
Aunque faltan meses para su viaje a Taiwán, están orgullosos de representar a la UNAM. “Queremos demostrar que somos increíbles, que México puede y que la Universidad Nacional es la mejor”, afirmaron.
Finalmente, comentaron que están trabajando “en la caracterización genética para encontrar opciones y escalar a un proceso que no sea dañino para el humano, y que la degradación se pueda hacer a gran magnitud”.
Con información de dgcs.unam.