Aunque a veces la narrativa masculina del mundo no de cuenta de ello, las mujeres siempre han estado activas en la construcción de la cultura en México; como ejemplo tenemos la innumerable lista de mujeres que influyeron e incluso transformaron o ayudaron a comprender la realidad en la que vivimos desde diferentes perspectivas.
Algunos de los rubros en los que las mujeres vertieron su talento y diversos paradigmas sobre la realidad es el arte, en este caso la dramaturgia y el teatro, ámbitos en los que, si bien son generalmente dominados por los hombres debido a la asimetría en el acceso a los espacios culturales, ha existido una nutrida y trascendente participación de las mujeres.
Muchas de estas mujeres, a través de su talento y respondiendo a las inquietudes y movimientos de su época, trazaron en sus obras cuestionamientos que buscaban replantear el orden de la sociedad, cuestionar el papel histórico que las mujeres han ocupado en ella, exhibir la milenaria violencia machista o reflejar los cambios sociales que han acontecido con las grandes rupturas o revoluciones que convulsionaron la realidad de nuestro país.
Amalia González Caballero de Castillo Ledón (1898-1986)
Distinguida por luchar a favor de la vida digna de las mujeres, específicamente a favor de su derecho a votar y ser votadas; esta ilustre mujer fue fundadora en 1934 del Ateneo Mexicano de Mujeres; una agrupación cuya misión era formar un frente de mujeres representativas en el arte, la ciencia, la política, la literatura y otras disciplinas para oponerse a los prejuicios de la época que hacían que diversos espacios estuvieran vedados para las mujeres.
Su presencia en la política, la diplomacia y el gobierno, al ser la primera mujer en sumarse a un gabinete y la primera mujer embajadora, le permitió trabajar para impulsar la dramaturgia en todos los niveles sociales y crear el grupo teatral La Comedia Mexicana, considerado baluarte histórico del teatro mexicano.
Su obra más representativa es Cuando las hojas caen (1929), la cual presenta la historia de un matrimonio que ante el fracaso decide divorciarse, un tema escandaloso y poco convencional para su época.
También destacan La verdad escondida (1963), la cual hace una critica a la hipocresía que puede existir en una relación de pareja; y Cubos de noria (1934), en la que aborda las formas de operar del poder absoluto.
Luisa Josefina Hernández (1928)
Es considerada una de las dramaturgas más importantes del siglo XX en México. Tiene una prolifera producción en la escritura teatral que se mantiene vigente y además se dedicó a la cátedra universitaria en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y fue profesora de Arte Dramático en el INBA.
Su obra literaria destaca por su formación en las tradiciones de la literatura clásica, moderna y contemporánea, ha traducido a importantes autores como Shakespeare y cuenta con una importante investigación teórica sobre el análisis del drama.
Entre sus obras dramáticas destacan: La paz ficticia (1960), El orden de los factores (1983), Habrá poesía (1990), Las bodas (1993), entre otras. Se alude a ella como una de las plumas más brillantes e inteligentes de México; además, los temas de sus obras versaron siempre sobre las mujeres.
Margarita Urueta (1918)
Integrante de una familia de reconocidos artistas que incluye a pintoras, cineastas y oradores, esta dramaturga inició su carrera como escritora desde los 7 años, edad en la que comenzó a generar sus primeros esbozos de obras teatrales. De joven emprendió un viaje por Europa, donde estudió teatro y conoció nuevas tendencias en la materia, estos conocimientos influirían en su producción dramática.
Tras su regresó a México abrió su propio teatro llamado Jesús Urueta, en honor a su padre, un periodista y político de la época revolucionaria, y fue presidenta del Teatro de México. Su obra está caracterizada por personajes inconformes con su vida, la política como eje de las historias y una fuerte representación de mujeres. Su estilo teatral va desde el realismo hasta el absurdo.
Entre sus obras destacan Ave de Sacrificio (1942), Duda infinita (1955), La mujer transparente (1959), El señor perro (1953) y El Hombre y su máscara (1964).
Olga Harmony (1928-2018)
Fue considerada la decana de la crítica dramática de México, pues se desempeñó como crítica de teatro en diversos diarios del país como Excélsior, La Jornada, uno más uno, entre otros.
Durante más de treinta años ejerció la docencia del arte teatral en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela Nacional de Artes Dramáticas de La Habana. Algunas de sus obras más destacadas son Nuevo día (1952), La ley de Creón (1984) y El lado humano (1985).
Su trabajo como crítica fue catalogado incisivo, reflexivo y riguroso, y es pensada como una figura indispensable del periodismo cultural.
Sabina Berman (1955)
Es considerada la dramaturga mexicana contemporánea con mayor reconocimiento y éxito comercial. Sus obras de teatro se han montado en diversos puntos alrededor del mundo y varios de sus guiones han sido adaptados a la pantalla grande, incluso escribió y coprodujo la película Backyard, la cual representó a México en los Premios Óscar en 2010.
Colabora en medios de comunicación escribiendo columnas para Proceso y El Universal. También ha tenido presencia conduciendo programas televisión.
Ha recibido más de 20 galardones por su trabajo como escritora entre los que destacan el Premio Ariel por el guion de la película La tía Alejandra (1979), coescrita y dirigida por Arturo Ripstein, y el Premio Nacional de Periodismo por su participación como guionista en la serie Mujeres y el poder.
Algunas de sus obras teatrales más famosas son Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, Muerte súbita, Molière, Feliz nuevo siglo Doktor Freud, y Testosterona. Su obra, que aborda diversos tópicos como el poder, el sexo y la diversidad, suele desembocar en el humor.
Con información de Cultura.gob.