A pesar de que ofrecían una opción alimentaria para más de medio millón de personas de escasos recursos, el presupuesto para 5 mil comedores comunitarios operados por la Sedesol (ahora Secretaría de Bienestar) desapareció del Presupuesto de Egresos de la Federación 2019, por lo que no se contempla que el programa continúe para este año, aseguraron fuentes consultadas de la dependencia.
Al revisar el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 de Bienestar, este programa no aparece enlistado. Su presupuesto en 2018 fue de 3 mil 205 millones 757 mil 494 pesos, inversión que aumentó con el paso de los años, puesto que su monto en 2014 fue de mil 555 millones 500 mil pesos, es decir, la mitad de lo que se dio el año pasado.
Los comedores comunitarios, los cuales iniciaron operaciones en septiembre de 2013, constituían una solución al problema de hambre en zonas con población de bajos recursos, debido a que con 10 pesos por ración, niños de cero a 11 años, estudiantes de 12 a 19 años, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, personas con discapacidad, mayores de 65 años y en situación de vulnerabilidad, tenían acceso a alimentación.
Según datos de la Sedesol, el año pasado cada comedor comunitario servía en promedio 120 comidas diariamente, lo que significa que a nivel nacional se superaban las 622 mil raciones de alimentos.
Las entidades federativas que cuentan con mayor número de este tipo de establecimientos son: Estado de México, con 2 mil; seguido de Guerrero, que suma mil 200; Michoacán, con 500, mientras que Chiapas y Veracruz registran 408 y 352, respectivamente.
En el informe Evaluación de Consistencia y Resultados 2017-2018 Comedores Comunitarios, realizado por la Sedesol, se encontró que 92.3% de los comensales consideraban que estos espacios “les permitían mejorar su alimentación, dado que comen más sano y nutritivo, con mayor variedad, y en mayores cantidades”.
De igual manera, alrededor de 90% de los usuarios de estos establecimientos calificaron el trato recibido, el tiempo de entrada, el sabor, variedad y cantidad de los alimentos ofrecidos como “bueno o excelente”.
En cuanto a los voluntarios, 94% de ellos considera “seguir apoyando en los comedores”.
Sin embargo, 72.9% de los comensales consideró que el comedor comunitario podría mejorar en algún aspecto; 54% mencionó que se requieren mejoras en las instalaciones, y 20.2% pidió la inclusión de talleres o clases, entre otros.
Fundado a partir del decreto por el que se estableció el Sistema Nacional para la Cruzada contra el Hambre (SINHAMBRE), se buscó que este programa se instrumentara para mejorar e incrementar las condiciones de acceso a la alimentación de la población con prioridad de atención, ubicada en las Zonas de Atención Primarias (ZAP) rurales o urbanas, mediante su equipamiento y abastecimiento.
“Los comedores comunitarios se constituyen en el espacio físico y social del quehacer comunitario para la preparación y el consumo de alimentos preparados por mujeres y hombres de la comunidad.
“Las personas que asisten a los comedores cuentan con soluciones a sus necesidades prioritarias, como el acceso al consumo de alimentos y la transformación de hábitos alimenticios”, se detalla en el informe.
Arranca programa. El 19 de abril de 2013, en gira por Chiapas, el entonces presidente Enrique Peña Nieto y la titular de Sedesol, Rosario Robles, pusieron en marcha el programa de comedores comunitarios, incluido dentro de la estrategia de la Cruzada contra el Hombre. El Ejecutivo federal pronunció una de las frases más recordadas de su sexenio: “No te preocupes, Rosario, hay que aguantar”.
Acompañado por el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en la comunidad de Navenchauc, municipio de Zinacantán, Enrique Peña Nieto afirmó que el gobierno que él encabezaba quería cambiar las condiciones de pobreza en las que vivían millones de mexicanos.
“Quienes padecen hambre viven en una realidad que para los mexicanos es inadmisible y debe llevarnos a que sumemos esfuerzos. Por eso esta convocatoria que hemos lanzado, para que hagamos converger nuestros esfuerzos en atender, precisamente, a núcleos sociales que padecen hambre, que no les ocupa o les preocupa otra acción u otra actividad, menos de carácter político”, mencionó el exmandatario federal.
En el evento, Peña Nieto aseguró que ese programa buscaba que 7.5 millones de mexicanos “puedan revertir la condición de pobreza extrema y poder garantizarles un mínimo y básico de bienestar social que les permita vivir con dignidad.
“Ese es el esfuerzo del gobierno de la República, con participación del sector privado y del social, estamos trabajando para que México en pleno siglo XXI pueda tener condiciones de mayor dignidad, igualdad y oportunidad entre toda la población mexicana”, aseguró.
Según el estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) El sistema alimentario en México, dado a conocer en noviembre de 2018, en el país más de dos quintas partes de la población vive en condiciones de pobreza. En 2016, 53.4 millones de mexicanos vivían en pobreza, lo que equivale a 43.6% de la población.
El informe detalla que, de esta población, 9.4 millones de personas, es decir 7.6% de la población del país, se encontraban en condiciones de extrema pobreza.
“La tasa de pobreza en las áreas rurales continúa siendo más alta que en zonas urbanas: seis de cada 10 habitantes de zonas rurales eran considerados pobres, en 2016; en contraste con los cuatro de cada 10 en zonas urbanas”, indica el documento.
La FAO señala que existían 24.6 millones de mexicanos que vivían con carencia alimentaria en 2016, la cual es más intensa en grupos de población como los indígenas, discapacitados y los menores de edad.
Con información de El Universal.