- A través de Especiales del 22 Estreno, a partir de 27 de julio
Conceptos como la moralidad frente a las pasiones carnales, el más allá después de la muerte y qué le da sentido a la vida, están fuertemente arraigados a las normas religiosas y cómo éstas dictan la manera correcta de pensar y actuar. En esta serie documental, el biólogo Richard Dawkins, a través de argumentos científicos, invita a reflexionar acerca de qué sucede cuando se deja de lado la religión en busca del avance, y entonces qué guía e inspira la vida humana en un mundo sin dioses
Canal 22, dentro de la campaña Contigo en la distancia de la Secretaría de Cultura, estrena la serie documental de la BBC, El sexo, la muerte y el sentido de la vida conducida por el biólogo evolutivo, etólogo y divulgador de la ciencia evolutiva, Richard Dawkins, autor también del best seller, El gen egoísta.
A lo largo de tres entregas, Dawkins aborda tres aspectos importantes en la vida del ser humano que son regidos por las doctrinas religiosas que cada vez tienen menos adeptos: el pecado cometido cuando se sucumbe al deseo carnal, la creencia en la vida después de la muerte y cuál es el sentido de la existencia humana. Estos tres ejes son puestos sobre la mesa desde un enfoque científico, donde la biología, la física, las matemáticas, e incluso disciplinas humanísticas como la filosofía, ofrecen una respuesta a estas cuestiones basadas en hechos comprobados y en el raciocinio, las cuales por miles de años fueron confiadas y dictaminadas por la religión.
Pero Dawkins no se limita a su entendimiento y percepción como científico y ateo, sino que confronta ambos polos y entrevista tanto a los apegados a las doctrinas del cristianismo, el islam y el hinduismo, personas consagradas a la vida religiosa y creyentes; como a aquellos que se guían por la razón y la ciencia, biólogos, físicos, médicos y psicólogos, así como a los que permanecen incrédulos.
La primera parte del documental está dedicada al sexo y los cuestionamientos morales que encierra. Conceptos como el pecado y la culpa frente a la masturbación, la pornografía y el coito rigen la vida de cientos de personas, y se muestra cómo el sexo se vive indistintamente si se es religioso o ateo, pues lo único que diferencia este acto es la capacidad de ocultarlo al mundo para evitar ser juzgado. Asimismo, se aborda que la moralidad puede existir sin religión cuando se opta por la empatía, la cual habitualmente está en la naturaleza humana.
La segunda entrega se centra en la fe, en la vida después de la muerte; para ello Richard une lo último en neurociencias y las teorías genética y evolutiva para examinar por qué se anhela la eternidad, cómo evolucionan los humanos para envejecer y cómo lo más cercano a la inmortalidad no es el alma sino el genoma humano. Esto lo contrapone con los rituales funerarios de la India y la creencia del reencuentro con los seres queridos tras la muerte.
Por último, el conductor se aventura a tratar de dar respuesta a una de las grandes interrogantes en la historia de la humanidad: el sentido de la vida. El objetivo de este episodio nace de la constante pregunta que le han formulado a Dawkins: ¿qué hace que un ateo se levante por las mañanas? Para ello, se adentra en algunos de los sitios donde la vida religiosa busca ser el móvil de la existencia humana: los monasterios cristianos y tibetanos. Asimismo, Dawkins acude a aquellas figuras que han tratado de darle respuesta a este cuestionamiento a través de la literatura: León Tolstoi y Albert Camus. Además, encara cómo se le da respuesta a esta pregunta frente a la tragedia que implican los desastres naturales y nacer en la extrema pobreza.
Con información de Secretaría de Cultura