Alicia Bárcena Ibarra, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), afirmó que la única forma para avanzar a un nuevo pacto social para la igualdad y con sostenibilidad ambiental es un cambio profundo en el modelo de desarrollo; es decir, cambiar el patrón productivo y de inserción internacional para lograr una mayor autonomía en la región de América Latina “que nos saque de esta periferia dependiente”.
En la tercera sesión del webinario internacional “Pos/Covid-Pos/Neoliberalismo. La pandemia y el futuro de América Latina”, mencionó que ante un sistema neoliberal, que afirma que la mejor manera de promover el bienestar humano consiste en no restringir el libre desarrollo de las capacidades y libertades empresariales del individuo, el papel del Estado en este contexto no se puede reducir a crear el marco institucional para el desarrollo de ese sistema.
Por ello, la igualdad debe ser un instrumento fundamental para el modelo de desarrollo, ya que contribuye a la innovación, al aumento de la productividad y a la sostenibilidad ambiental. Contrario a la “desigualdad funcional” en donde la extracción de recursos naturales y la explotación de la fuerza de trabajo se hacen sin tomar en cuenta las afectaciones al medioambiente y a los trabajadores, predominando siempre el capital por encima de ellos, este es el mayor problema que enfrenta la humanidad, señaló Alicia Bárcena.
Explicó que la igualdad, productividad y democracia son “bienes complementarios estratégicos”. Añadió que hay una relación inversa entre productividad y desigualdad, “en donde los países que son más iguales también están más cerca de la frontera tecnológica y eso lo muestran claramente los países nórdicos y también hay una correlación positiva entre igualdad e inversión en donde a mayor desigualdad se compromete la productividad del futuro”.
Por otra parte, mencionó que la crisis sanitaria por la Covid- 19 se da en un contexto de gran disrupción económica y política, en donde la región de América Latina está viviendo la peor crisis del último siglo. El producto interno bruto (PIB), informó, caerá más allá del cinco por ciento; el valor de las exportaciones continua cayendo en menos 15 por ciento; la caída de la demanda y la paralización de la oferta llevará al cierre de casi tres millones de empresas sobre todo las pequeñas, medianas y microempresas , lo cual aumentara en 12 millones el número de desempleados y se tendrán más de 30 millones de personas en situación de pobreza y 83.5 millones de personas en pobreza extrema, “estas personas seguramente caerán en un problema de alimentación, es preocupante que la crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria”.
Esta crisis por la pandemia, explicó la portavoz de la Cepal, también es el resultado de un modelo donde hay gran fragmentación, décadas de neoliberalismo y privatización en donde los sistemas de salud fueron entregados al mercado, ha propiciado una segregación en los países de América Latina que es una región en donde se otorga solo el 2.3 por ciento del PIB a gastos de salud, “cuando se ven los resultados de la pandemia se observa que Uruguay, Costa rica y Cuba son los tres países que han podido responder a esta pandemia de mejor manera porque tienen sistemas de salud universales y tienen un accesos a la seguridad social”.
Por lo tanto, mencionó, la crisis de Covid-19 llega en un contexto donde la población de América Latina cuenta con una desprotección social grave, sistemas de salud fragmentados y sobre todo los sectores más pobres y más densamente poblados son quienes sufren más la crisis.
Por ello, explicó, la CEPAL ha elaborado un conjunto de cinco propuestas para hacer frente a la crisis en la coyuntura de la pandemia:
Ingreso básico de emergencia: El cuál sea al menos por seis meses y que cubra a los 215 millones de personas en la región, equivalente a una línea de pobreza 140 dólares al mes , lo cual equivaldría al 2.2 por ciento del PIB.
Bono contra el hambre: Equivalente al 0.45 por ciento del PIB, por un tiempo de seis meses.
Apoyo a las pequeñas y medianas empresas de servicios esenciales: Apoyos a través de subsidios no solo a través de créditos, ya que “crédito a la empresa hoy para que paguen el próximo año es un salvavidas de plomo”.
Políticas industriales: Para que se cierre la heterogeneidad productiva entre las pequeñas y medianas empresas con aquellas grandes empresas que están en la frontera tecnológica.
Políticas de tecnologías de la información: Alrededor de 210 millones de personas en América Latina no tienen acceso a internet, porque no tienen los recursos para adquirir las tecnologías de información y comunicación, las cuales son esenciales para construir un estado de bienestar.
Por otra parte, el economista Rafael Vicente Correa Delgado expresidente de Ecuador, explicó que el problema de la crisis por la pandemia del coronavirus no solo es un problema económico, también es profundamente político, “las políticas económicas y las soluciones frente a esta crisis reflejan quien está en el poder”, si se espera que “paguen los que más tienen” y que el mayor costo de la actual crisis recaiga sobre el capital y no sobre los seres humanos, son estos quienes deben de estar representados en el poder y no los empresarios.
Y añadió que para salir de la crisis es fundamental el apoyo internacional, por lo menos en tres niveles: condonación y/o gran flexibilización de deuda externa latinoamericana, financiamiento de los organismos multilaterales y ayuda bilateral de los países más ricos, quienes también están sufriendo la crisis por la pandemia “pero entendamos, las crisis en los países ricos son totalmente diferentes”, porque esos países llevan décadas acumulando riqueza y tienen la posibilidad de ayudar a los países con economías emergentes.
Con información de Contralínea.