Además del esfuerzo en investigación, cuidados sanitarios y políticas públicas adecuadas, la lucha contra la pandemia provocada por el nuevo coronavirus originado en Wuhan (China) requiere del sentido común y las buenas prácticas de los ciudadanos.
A pesar de que buena parte de la humanidad está recluida en sus casas, ciertos comportamientos arraigados podrían poner en peligro la victoria frente al virus. Investigadores de la Universidad de Princeton y el Instituto de Investigación Sunnybrook destacan ocho de esas costumbres que puede perjudicarnos en un artículo publicado en «The Lancet». Entre ellos, rasgos humanos tan comunes como el temor a lo desconocido, la vergüenza personal e incluso lo que consideramos «buena educación», como saludarnos con un apretón de manos.
Estas son las ocho «trampas» que según los autores nos ponemos a nosotros mismos y estas son las soluciones propuestas:
-Miedo a lo desconocido. Las amenazas como covid-19 son misteriosas porque son desconocidas, pero el misterio inicial pronto se desvanece. Por ello, dicen los investigadores, los recordatorios repetidos vinculados a la situación son importantes.
-Vergüenza personal. Para reducir la propagación del virus, se ha animado a las personas a evitar acciones como tocarse la cara, pero muchas veces es algo que se hace casi sin pensar. Algunos pueden ver estos fallos como un fracaso personal. Para evitarlo, los autores creen que los líderes de opinión pueden destacar a una de las muchas celebridades que han dado positivo como una forma de mitigar el estigma. Las autoridades también deben advertir que los lapsos momentáneos son naturales.
-Descuido de otros riesgos. Muchos están tan consumidos por el temor al covid-19 que pueden descuidar el sueño, el ejercicio o la compañía humana. Por lo tanto, los médicos deben aconsejar a sus pacientes que tomen medidas contra otros daños. No todo es el coronavirus.
-Enfermedades invisibles. El distanciamiento social y el aislamiento podrían exacerbar trastornos psiquiátricos crónicos. Es necesario aumentar el cuidado de la salud mental y la comunicación en un ambiente hogareño saludable.
-Las reacciones súbitas. Los retrasos de tiempo asociados con covid-19 (período de incubación, intervención y resultados de las pruebas) causan emociones y sentimientos desconcertantes. Las autoridades deben instar a los ciudadanos a no actuar según los informes diarios de la pandemia, como disminuciones momentáneas o aumentos repentinos del número de infectados o fallecidos, porque la volatilidad aleatoria podría confundirse con una tendencia real.
-Seguir con el statu quo. Todos deseamos mantener la normalidad durante una crisis, pero los autores creen que esta también puede ser una oportunidad para cambiar de foco y mirar las cosas de nuevo. Una vez que disminuye la urgencia inicial, los hospitales podrían reconsiderar cómo los médicos se adaptan a las nuevas formas de telemedicina. Una sugerencia más radical: revisar los debates políticos sobre si las naciones sin atención médica universal podrían volver a una nueva normalidad.
-Normas sociales arraigadas. El comportamiento humano está conformado por normas como darse la mano, abrazarse y otras formas de contacto humano, y estas normas no son fáciles de cambiar. Lemas, imágenes y otros recordatorios podrían ayudar a facilitar el cambio necesario. «Los médicos y enfermeros deben modelar los comportamientos correctos y también pueden difundir la información, ya que son modelos a seguir para los pacientes», dicen en el artículo.
-Sesgo retrospectivo. Una vez que covid-19 disminuya, el sesgo retrospectivo conducirá a castigar a las autoridades médicas que podrían haber reaccionado de forma exagerada. La distribución desigual de los casos dentro de los países y entre ellos generará cargos de desigualdad e injusticia. Según los investigadores, algunas de las críticas serán correctas y justificadas, pero los datos dinámicos y contradictorios pueden dificultar establecer exactamente lo que se sabía en qué momento y cuán diferentes podrían haber sido las cosas de otra manera. Una mentalidad colectiva de que todos estamos juntos en esto puede resultar difícil pero muy útil.
«Después de las fuertes reacciones iniciales ante un momento tan desafiante y difícil, la conciencia de estas dificultades podría ayudar a mantener las cosas en el camino correcto», afirma Eldar Shafir, profesor de Ciencias del Comportamiento y Políticas Públicas en Princeton.
Con información de ABC.es