Sirven o no sirven las pruebas rápidas de COVID 19

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En estos momentos de contingencia la histeria colectiva que genera el estar todos encerrados y la necesidad creciente de regresar a la normalidad, o a lo más normal posible, han hecho que las exigencias sociales vayan en aumento. Uno de los temas que más se comenta es el uso de las pruebas rápidas de COVID19 que resultan atractivas para el control de la dispersión de la infección.

Pero ¿Qué son estas pruebas rápidas? Y si estas ¿Sirven o no sirven?

Las pruebas de diagnóstico molecular, o pruebas rápidas, son ensayos moleculares que detectan si existe o no existe cierta molécula en nuestro organismo.

Qué tipo de moléculas se buscan:

Del virus:
ARN del virus (vARN)

Del huésped:

Inmunoglobulinas M (IgM)

Inmunoglobulinas G (IgG)

El ARN del virus se detecta por una prueba rápida llamada PCR en tiempo real. La PCR tiempo real detecta cantidades muy pequeñas de ARN y también nos permite cuantificar cuanto hay, con esto podemos estimar algunas variantes como hace cuanto se infecto o que tan graves pueden presentarse lo síntomas, pero de esto hablaremos en otro momento, ahora solo hablaremos de las pruebas rápidas.

Aunque la preparación de la muestra, correr el ensayo y lectura de resultados no tarda mas de 5 horas, los tiempos de entrega son de 24 a 72 horas.

¿Y las pruebas rápidas?

Las pruebas rápidas, o mejor dicho las aún más rápidas, son ensayos que detectan las Inmunoglobulinas del paciente.

Las inmunoglobulinas son proteínas que son sintetizadas por el sistema inmune cuando se detecta una infección. Se encuentran principalmente en el plasma de la sangre y algunos otros fluidos del cuerpo. Quizá ya has escuchado antes de ellos, pero con el nombre de anticuerpos.

Los anticuerpos son proteínas que el sistema inmunológico produce para atacar a los antígenos (bacterias, virus y alérgenos).

Existen varios tipos de anticuerpos:

Inmunoglobulina A (IgA), principalmente en membranas mucosas como las paredes internas de las vías respiratorias y el tracto gastrointestinal, también se encuentran en las lágrimas y la saliva.
Inmunoglobulina G (IgG), son parte del escudo protector contra patógenos como virus y bacterias. Se encuentra en los fluidos corporales.
Inmunoglobulina M (IgM), es el primer anticuerpo que se genera para combatir una infección (virus y bacterias). Se encuentra principalmente en sangre y tejido linfático.
Inmunoglobulina E (IgE), se encuentra principalmente en los pulmones, piel y membranas mucosas. Se asocia con la respuesta alergénica. (Ahora pregúntate donde y como se manifiestan las alergias)
Inmunoglobulina D (IgD), se encuentra en sangre en pequeñas cantidades y todavía no se sabe bien para que sirven.
Todos estos anticuerpos tienen una función importante en el cuerpo, aunque no sepamos cual es como en el caso de las IgD. De todas estas nos importan las IgM y las IgG que son las que están relacionadas con la respuesta inmune de virus, como es el caso del COVID19.

Cuando hay una infección la respuesta del sistema inmune es crear anticuerpos que pueden ser considerados “generales”, son como soldados no tan especializados y que una de sus funciones es conocer al enemigo y librar las primeras batallas. Estas son las IgM. Estas también tienen que ver con los síntomas.

Una vez que esta avanzada la infección y el cuerpo reconoce al patógeno entonces se comienza la producción de anticuerpos mucho mas específicos, especializados y cuya función es principalmente el defendernos de una futura infección. Generalmente si comenzamos a crear anticuerpos IgG significa que sobrevivimos a la infección. Estos pequeños son los que nos dan lo que llamamos inmunidad.

¿Entonces las pruebas rápidas detectan si ya estoy infectado?

SI, lo que las pruebas rápidas detectan es justo eso, los anticuerpos específicos para el combate e inmunidad del COVID19; pero no es tan sencillo y para entenderlo tenemos que ver cómo es el proceso de infección y producción de anticuerpos durante la infección de COVID19.

El proceso

Como es obvio el paso inicial es infectarnos, una vez que el virus ha entrado a nuestro sistema hay un periodo de incubación que, dependiendo del hospedante (ósea nosotros), puede ser de 3 a 10 días.

Durante la primera etapa tenemos tan poco virus en el sistema que no somos infecciosos.

Una vez iniciado el periodo de incubación, 3 a 5 días después comenzamos a tener una la cantidad mínima de virus en nuestro cuerpo para transmitir la enfermedad, es decir, somos infecciosos. Es importante este dato por que los síntomas aparecen después, todos los infectados tienen un periodo asintomático donde pueden ser infecciosos.

Aproximadamente en el día 8, aunque como dijimos puede cambiar dependiendo de las condiciones del hospedante, inician los síntomas que pueden ser de ligeros a graves e incluso ausentes (recordemos que gran parte de los infectados ni se enteran). Aquí es cunado el cuerpo comienza a producir el anticuerpo IgM.

La IgG comienza a detectarse entre el día 5 y 10 después de la infección.

El periodo asintomático dura de 5 a 10 días en promedio y comienzas a recuperarte gradualmente. Es en este momento que el cuerpo ya reconoció al invasor y comienza a preparar las defensas de largo plazo, es decir los anticuerpos IgG.

Si la IgG comienza a producirse significa casi con seguridad que sobreviviremos a esta infección. Cuando la IgG comienza a producirse, la IgM poco a poco comienza a desaparecer.

La IgG comienza a detectarse entre el día 15 y 20 después de la infección.

Entonces las pruebas rápidas detectan la respuesta inmune

Si, exactamente eso. Si nosotros detectamos el anticuerpo IgM significa que nuestro cuerpo esta combatiendo a la enfermedad, si detectamos la IgG significa que ya estamos inmunizados y que sobrevivimos al COVID19.

Entonces ¿Por qué no sirven en el manejo epidemiológico?

En el caso del manejo epidemiológico hay dos razones por las que no se recomienda el uso.

1: la prueba detecta individuos que ya tienen o que ya tuvieron la infección, nos permite saber números mas precisos de infectados, pero hay un periodo asintomático en el cual, si son infecciosos, ese tiempo sin diagnostico no permite una correcta planeación.

2: Las pruebas son poco confiables, las mejores tienen una exactitud menor al 50%. Así que hacer la prueba para ver si ya estamos o no inmunizados es casi tan asertivo como lanzar una moneda.

Las ventajas:

Es muy fácil que una prueba de diagnóstico rápido nos de negativo cuando el resultado era positivo (falso negativo), pero cuando el resultado es positivo es casi seguro que el resultado es correcto.

Estas pruebas como comentamos nos permiten saber quien ya tuvo o esta en proceso de inmunización, lo que nos permite detectar candidatos a donadores de plasma para investigación y para tratar pacientes con síntomas severos.

También el saber quien ya esta inmunizado nos permite hacer la planeación de la reactivación económica. Ciudadanos inmunizados podrían ser la primera línea de acción para reactivar las actividades económicas.

En conclusión:

Usar las pruebas rápidas como estrategia de manejo epidemiológico no es recomendable por que son muy poco confiables, habría que hacer varias pruebas juntas para tener una certidumbre de 80/90% de que el resultado es confiable. Por otro lado, estas pruebas no son baratas y es mucho más recomendable invertir en material y equipo hospitalario para que el sistema de salud no se vea rebasado y tengamos muertes innecesarias por el colapso del sistema.

El día de hoy con la tecnología que disponible en el mercado, invertir en pruebas rápidas puede ser un gasto innecesario habiendo muchos otros gastos más importantes, la manera más segura de sobrellevar mejor esta contingencia es el distanciamiento social, disminuir la velocidad de dispersión e infección y aplanar la curva para no sobrepasar a un sistema de salud que no se encuentra en sus mejores glorias.

Con información de Vaporlatierra.com