Por Eduardo De Luna
Las vacaciones solidarias son una herramienta que durante años los empresarios principalmente del sector hotelero en el caribe mexicano han utilizado para afrontar las temporadas bajas, esto con el objetivo de no deshacerse de fuerza laboral calificada, en acuerdo con sindicatos, mandan de descanso sin goce de sueldo a miles de trabajadores ya que según sus cálculos, no podrían cubrir los compromisos de sueldos y prestaciones que los obliga la ley.
Esta medida la adoptan principalmente al finalizar la temporada de verano y se reactiva al comenzar la temporada de invierno.
Sin embargo, en ocasiones extremas, sucede fuera de esta temporada, el caso más reciente fue posterior a la explosión de un ferry de barcos caribe en el muelle de Playa del Carmen, que provocó alertas de viaje por parte de diversos países y a punto estuvieron de establecer esta medida por el descenso en la actividad turística que impactó fuertemente la economía local.
Hoy, la crisis del Covid 19 ó coronavirus y la baja respuesta en reservaciones para la temporada de semana santa (el más reciente reporte indica que apenas supera el 50% del total de habitaciones), ha provocado que grupos empresariales ya comiencen a girar la indicación de vacaciones solidarias, medida que se espera sea adoptada por la mayoría de las empresas a mediados de la siguiente semana (alrededor del 18 de marzo).
Usted escuchará en estos días argumentos que girarán en torno a que durante 2019, la crisis del sargazo disminuyó las ganancias para la mayoría de las empresas turísticas, que el problema de la inseguridad ha afectado la imagen de los destinos turísticos de cuatro años a la fecha, que no existen estímulos fiscales para la apertura de nuevas empresas (¿recuerdan que los diputados habían aprobado una exención de impuestos para la apertura de nuevos casinos?) y un abanico de excusas para no cumplir con sus obligaciones patronales, todo esto con la anuencia de autoridades laborales y sindicatos.
Una vez más, el destino de miles de trabajadores del caribe mexicano se encuentra en manos de unas cuantas personas que toman decisiones y que no aceptan que exista un margen menor de ganancias, situación que no ocurriría si las empresas fueran responsables y contrataran el número de empleados que pudieran pagar, independientemente de temporadas altas y bajas.
Pero esa responsabilidad social no existe por parte de los empresarios del caribe mexicano, ya que no hay contrapeso por parte de las autoridades de velar por los derechos de los trabajadores, hasta los sindicatos se quedan con parte de las propinas de los asalariados, es decir, el empleado que labora en esta región, está desprotegido y vulnerable.
Esta situación, enmedio de la paranoia mundial promovida por difusores de información con respecto al coronavirus, que ha provocado ya, compras de pánico en el estado de Quintana Roo, afecta directamente al trabajador que es enviado a su casa por lo menos 15 dias sin goce de sueldo y con la preocupación de llevar el sustento diario.
Pandemia internacional, compras de pánico, sin trabajo, ¿gusta usted agregarle algún ingrediente extra a esta receta de caos?.
Al momento un par de empresas ya establecieron las vacaciones solidarias, continuaremos informando.