En sexenios de Calderón y Peña México destacó por actividades comerciales ilícitas: GFI

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La década que va de 2008 a 2017 fueron años excepcionales para el comercio exterior de México bajo los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Sin embargo, fueron también años en los que el país destacó en una lista negra: la de las actividades ilícitas en el comercio internacional por parte de economías emergentes.

Un reporte de Global Financial Integrity (GFI) refiere que en esa década, los países en desarrollo con la mayor discrepancia entre sus cifras de balance comercial y lo reportado por sus socios de mercados desarrollados fueron China, México y Rusia.

Se trata de una correlación entre las cifras de comercio internacional entre 135 países en desarrollo con 36 naciones desarrolladas.

El hallazgo del GFI, una firma de investigación basada en Washington que analiza los flujos financieros ilícitos en todo el mundo, es que la discrepancia entre lo que las naciones en desarrollo exportaron e importaron de sus socios en el mundo desarrollado equivale a 8.7 billones de dólares en esos diez años.

En ese periodo, China fue el primer lugar al registrar un promedio de 323.8 mil millones de dólares por año. México, dice el GFI, ocupó el segundo lugar, con 62.9 mil millones de dólares en promedio anual entre 2008 y 2017; es decir, una buena parte de los gobiernos de Calderón (2006-2012) y Peña Nieto (2012-2018).

A estas naciones les siguieron Rusia (56.8 mil mdd en promedio anual), Polonia (40.9 mil mdd) y Malasia (36.7 mil mdd).

De acuerdo con el GFI, el principal factor de esta discrepancia entre los montos de comercio internacional se debe a la facturación fraudulenta.

En este periodo, el margen de mayor discrepancia entre las cifras que México reportó en sus exportaciones y lo que sus socios registraron fue en 2017, cuando ese hueco fue de 85.3 mil mdd.

En total, en esa década, las discrepancias en las cifras de comercio internacional en esa década suman un monto de casi 692 mil millones de dólares, dice el GFI.

La principal razón de estas discrepancias, dice el GFI, es la facturación fraudulenta. Esta práctica ocurre, dice esta organización, cuando los importadores y los exportadores “deliberadamente falsifican” los precios en las facturas de los bienes que importan o exportan. Eso señala, dice el reporte, una práctica ilícita que transfiere valor que cruza las fronteras internacionales con el fin de evadir impuestos o aranceles, lavar los ingresos provenientes de actividades criminales, evadir controles monetarios y esconder ganancias generadas en paraísos fiscales.

Generalmente, dice el GFI, este tipo de facturación fraudulenta se detecta en casos muy sofisticados, pero evidentes. Un ejemplo, dice, es que cuando una economía como Ecuador reporta ventas de plátanos por 20 millones de dólares a Estados Unidos en un año determinado, y este país refiere que la importación de esta fruta de dicho país sólo fue de 15 mdd.

“Esto representa una cifra errada por un volumen de 5 mdd en los reportes comerciales entre estos dos socios comerciales en ese año”.

QUÉ SON LOS FLUJOS FINANCIEROS ILÍCITOS

De acuerdo con el GFI, estos movimientos ilícitos de dinero o capital de un país a otro señalan fenómenos como la corrupción, la evasión fiscal o el crimen internacional.

Algunos ejemplos de ello son:

  • Un cartel del narco que utiliza técnicas de lavado de dinero a través de prácticas comerciales para utilizar los recursos provenientes de la venta ilícita de drogas para adquirir automóviles usados, los cuales se exportan para vender en los países donde se origina el negocio de drogas;
  • Un importador que incurre en facturación errónea para evadir aranceles, el pago del IVA o impuestos por ganancias;
  • Un funcionario corrupto que utiliza una empresa fachada para transferir recursos mal habido a una cuenta bancaria en EU;
  • Un individuo millonario o una corporación multinacional que esconde recursos fiscalizables a las autoridades hacendarias de su país en paraísos fiscales;
  • Un traficante de personas que quiera esconder montos de dinero en efectivo; o
  • Un individuo que envíe dinero por medios electrónicos para financiar actividades terroristas en diversos lugares del mundo.

Con información de Forbes.