Miles de mujeres indígenas bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación (EZLN), desde amas de casa, milicianas o insurgentas, así como cualquier otra que ejerza un cargo o función alguna, advirtieron que no necesitan permiso de nadie para detener labores el 9 de marzo, y que ya acordaron participar en la jornada del 9 de marzo: “un día sin nosotras”.
En una misiva enviada este domingo, desde las montañas del sureste mexicano, las mujeres indígenas zapatistas del EZLN: Marisol, Yeny, Rosa Nery, Yojari, Lucia, Sol, Elizabet, otra Elizabet, Yolanda, Natalia, Susana, Adela, Gabriela, Anayeli, Zenaida, Cecilia, Diana, Alejandra, Carolina, Dalia, Cristina, Gabriela, Maydeli, Jimena, Diana, Kelsy, Marisol, Luvia, Laura, así como las Comandantas y Coordinadoras de Mujeres Zapatistas del EZLN, decidieron sumarse a la campaña contra la violencia de género.
Las mujeres rebeldes zapatistas señalaron la urgente necesidad de acabar con esas violencias, vengan de donde vengan, por eso hicieron un llamado a todas las mujeres rebeldes a manifestarse con sus modos, sus formas y sus tiempos, donde la demanda principal de esas manifestaciones sea detener la violencia contra las mujeres.
“Movilizarnos para decir que no olvidamos a las desaparecidas y asesinadas en todos los gobiernos, sean tricolores, azules, verdes, amarillos, guindas, naranjas, cafés o cualquiera que sea su color, porque son los mismos.
“Y para recordarles a los malos gobiernos y a ellas que nos faltan, propusimos que llevemos una señal de color negro en nuestra ropa. Porque estamos de luto por tanta matazón que hay de mujeres en todo el mundo. Y peor todavía que ya ni las pichitas están seguras”, dijeron las mujeres en el comunicado zapatista.
Cuestionaron “el supuesto permiso” que están dando las instituciones gubernamentales, las empresas privadas y todas las instancias para que las mujeres paren labores ese día.
“Los poderosos y sus capataces políticos están, por un lado, haciéndose los muy conscientes y sensibles y ni siquiera pueden quitarse su modo patriarcal porque hasta dicen que les dan “permiso” a las mujeres para que protesten porque las matan.
Ahora sí que les dan permiso de que luchen por vivir. Son unos sinvergüenzas ellos y las mujeres que tienen el mismo pensamiento de machos, aunque sean mujeres”, dice la carta zapatista.
Señala que el “supremo gobierno, se encabrona porque ya la gente no está discutiendo lo que dice o eructa o vomita en sus palabras. Porque resulta que unas mujeres, jóvenas para más peor, le quitaron el micrófono y están gritando lo que el mal gobierno calla. Si sí es ridículo que los mal llamados opositores y opositoras políticas se hagan como buenas gentes que dan “permiso” de vivir, es más ridículo que el mal gobierno y sus fanáticos y fanáticas acuse de “golpista” la lucha por la vida de las mujeres”.
Señalaron que son ahora “los machistas patriarcales, que creen que todo el mundo gira alrededor de su ése-cómo-se-llama y sus coyolitos. Si alguien está luchando sin permiso, entonces es que está en contra del mal gobierno.
“Si asesinan a las mujeres, si las desaparecen, si las secuestran, si las torturan, si las marcan, entonces es que esas mujeres víctimas son parte de un plan que quiere quitar a un gobierno. Ya de plano no tienen vergüenza”.
Y que desde el poder, “esos sinvergüenzas patriarcales de gobiernos y patrones dan sus consejos machitos a las mujeres: que no se dejen manipular, que se porten bien, que no rayen las piedras y las puertas, que no rompan los vidrios, que se vistan bien, que no levanten la mirada, que no den de qué mal hablar, que cuiden lo que dicen, escriben y piensan. O sea que no hagan nada sin permiso de ellos”.
Como mujeres zapatistas saludaron la iniciativa de “un día sin nosotras”, pues es para las rebeldes del EZLN “algo valioso, bueno, noble, honesto y legítimo”. Y la apoyarán según sus modos.
“Porque cualquier mujer, sea una, o unas cuantas, o muchas, que luchen por la vida, deben saber que no están solas. Porque nuestro pensamiento es que, si las ausentes, las asesinadas, las desaparecidas y las encarceladas deben saber que no están solas, pues con mayor razón las vivas que luchan”, dijeron las zapatistas.
Antes de tomar esta decisión platicaron entre todas las mujeres zapatistas si era buena idea entrarle a este paro, y concluyeron que sí es buena idea “pues no sólo decir que es buena idea, sino de hacer algo para apoyarnos como mujeres que luchan que somos”.
“Y les propusimos la idea de que ese día 9 de marzo, las compañeras que tienen cargo, sea de autoridad autónoma, sea de mando organizativo o de mando militar o de comisiones de educación, salud, tercias y de todos los trabajos que hacemos como mujeres zapatistas que somos, pues nomás no nos presentemos a nuestros trabajos”, dijeron las mujeres rebeldes encapuchadas.
Es por eso que acordaron participar en la iniciativa de acuerdo a sus formas y modos, como una iniciativa más de las mujeres que luchan por la vida.
“Y como las mujeres indígenas somos mayoría en la autonomía zapatista, pues ese día se va a parar la autonomía zapatista. Lo pensamos y lo platicamos y salió que las compañeras de las diferentes zonas zapatistas estuvimos de acuerdo de sumarnos al paro del día 9 de marzo del 2020, convocado por las hermanas Brujas del Mar”, indicaron.
El domingo 8 de marzo, miles de mujeres zapatistas se reunirán en los caracoles y donde hablarán de los dolores y las rabias que escucharon en los dos encuentros de mujeres que han tenido, pero también hablarán de luchas, de todas ellas.
Y llevarán ese día una señal de color negro en sus prendas de vestir.
Y el día 9 de marzo muchas no se irán a sus pueblos, sino que se quedarán en los caracoles y, en la madrugada de ese día 9 de marzo, encenderán miles de luces.
“En los caracoles y en los pueblos zapatistas la luz de las mujeres brillará.
“No sólo para que las mujeres que hagan ese día un día de lucha sepan que las miramos, que las admiramos, que las respetamos y que las saludamos. Que no están solas pues”, señalaron.
“También para que, con esas luces, las hermanas ausentes, las asesinadas, las desaparecidas, las encarceladas, las migrantes, las violentadas, sepan que acá, en estas montañas en resistencia y rebeldía, hay quienes se preocupan por ellas y por sus familiares, por su dolor y por su rabia.
“Y no importa si esa hermana que está luchando es blanca o negra o amarilla o del color de la tierra. No importa si cree o no cree en una religión. No importa si se viste bien o mal. No importa si tiene paga o no. No importa si es partidista o no partidista. No importa si es amiga o enemiga”, concluyeron.
En este mismo sentido, hicieron un llamado a todas las mujeres del Congreso Nacional Indígena – Concejo Indígena de Gobierno, de la Sexta Nacional e Internacional, y de las Redes en Resistencia y Rebeldía, a que analicen y discutan si está bien o mal esa propuesta de participar el 9 de marzo.
“Y si piensan que está bien, pues que le entren y sin pedir permiso. Y si piensan que está mal y que más mejor otra cosa, que sea otra iniciativa, pues a darle pues, y tampoco pedir permiso”.
Así como nosotras no le estamos pidiendo permiso a los mandos y autoridades, ni a padres, hijos, novios, maridos o amantes, sino que lo vamos a hacer porque no de balde nos alzamos en armas desde el primero de enero de 1994”, concluyeron.
Con información de Proceso.