Distribuidores de gas licuado de petróleo (LP), que operan de manera clandestina en el municipio de Apasco, Estado de México, golpearon y amenazaron a vendedores que intentan comercializar el energético en toda la zona.
De acuerdo con testimonios de las víctimas, los agresores operan bajo el amparo de las autoridades y policías de la alcaldía, pues a pesar que piden ayuda, esta nunca llega.
El incidente más reciente ocurrió el pasado lunes, cuando dos empleados fueron agredidos a golpes y se les advirtieron que “no regresen a vender a esa zona”.
Después, los agresores, implementaron un retén en la entrada del poblado de Apasco, de esa manera, evitan que la competencia ingrese. A raíz de la denuncia que los afectados interpusieron en la Fiscalía del Estado de México, se inició una investigación.
En la denuncia, se destaca que las empresas gaseras que operan en aquella zona, VENDEN GAS ROBADO, por lo que las pipas y los centros de distribución, no tienen permisos de la Secretaría de Energía (Sener) y tampoco cuentan con las medidas mínimas de seguridad para operar, “el problema real y grave es que los protegen los policías y todos en el municipio, eso lo sabemos porque siempre pedimos ayuda o permiso para entrar”.
“Les decimos a los municipales y a la gente del alcalde que nos golpean, nos amenazan y nunca hacen nada. Ahora fue el colmo, golpearon a dos compañeros y tienen hasta renten para que nadie más vente, quiere acaparar todo el mercado, por si fuera poco, el gas es robado, esta hasta dos pesos más barato que el de nosotros”, explicó Ramiro Gallegos, uno de los lesionados en el enfrentamiento.
Los afectados piden la intervención de las Fiscalía General del Estado de México para evitar que la problemática siga creciendo.
“Se creen dueños de toda la zona, andan armados. El alcalde ya sabe y no ayuda, creo está asociado con ellos o los protege. Esto es un llamado de atención, se puede salir de control porque andan armados”, denunció el lesionado.
Con información de Excélsior.