El subsecretario para América del Norte de la cancillería, Jesús Seade Kuri, reiteró ante senadores que no hay un solo punto del Protocolo de Enmiendas del Acuerdo de Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que se contraponga a los intereses de México, y aclaró que uno de los logros fue eliminar la intención del gobierno estadunidense de imponer una verificación arbitraria en materia laboral.
Ante los cuestionamientos de legisladores de oposición, dijo que este es el momento político para México, ya que de no ratificarse ahora, se corre el riesgo de que se vaya como mínimo al 2020 o se venga abajo, en cuyo caso el presidente estadunidense, Donald Trump, en una expresión de suma ira, se lanzaría en contra del actual tratado y los demócratas, molestos porque no aceptamos sus presiones, probablemente lo acompañarían.
Entonces, sí se puede poner feo, color negro, nuestro futuro, insistió Seade Kuri.
El funcionario, principal negociador de las modificaciones al T-MEC, se reunió anoche con los integrantes de las comisiones dictaminadoras de ese protocolo, al mismo tiempo en que la cancillería hizo llegar el documento con las enmiendas pactadas, que la oposición había demandado durante todo el día.
Seade Kuri explicó los cambios pactados con Estados Unidos, pero la discusión se centró en el tema laboral, que es lo que más preocupa a los legisladores de PRI y PAN. El funcionario explicó que fue una negociación dura, pero se logró que en lugar de la supervisión por parte de autoridades extranjeras, que significaba perder soberanía, se establezcan paneles bilaterales de discusión de controversias, en los que, de forma civilizada y bilateral se resuelvan los diferendos sobre violencia sindical.
Fueron meses de discusión sobre esa amenaza gigantesca, que incluía abrir el tratado para sacarnos las muelas sin anestesia, pero al final se acordaron cambios que no lesionan al país, entre ellos algo que no se había logrado en 26 años, que es la posibilidad de que se abran paneles de supervisión de controversias en cuanto alguno de los tres países lo solicite.
Es una demanda en la que México insistió en esas casi tres décadas y que se consiguió. El empecinamiento de los demócratas por el tema de la supervisión, devino, dijo, en que México pueda pedir también que se abra un panel para resolver quejas sobre maltrato a trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
Durante la reunión intervino el presidente de la Comisión de Trabajo, Napoleón Gómez Urrutia, quien resaltó la importancia de esos paneles y la necesidad de que en México se solucionen de inmediato quejas sobre problemas de libertad sindical, de manera específica sobre elección de dirigencias gremiales y de votación de contratos colectivos y de cambios al mismo.
Ello motivó el enojo del senador priísta Carlos Aceves del Olmo, secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), quien reclamó que se hubiera dado la palabra primero al líder minero y al subsecretario Seade Kuri, que siendo su organización la más grande de América Latina, no se le haya consultado para los cambios en materia laboral, los que permitirán, dijo, que los sindicatos de Estados Unidos nos den palo.
Con información de La Jornada.