El riesgo de que un niño, niña o adolescente sea asesinado en México es mucho mayor que en países en las que existe un conflicto armado como Palestina o Siria. Cifras oficiales muestran que en territorio mexicano cada día mueren cuatro menores de edad a causa de la violencia.
Así lo dio a conocer esta mañana la organización internacional Save the Children, para exigir al gobierno mexicano una política y una agenda de protección y cuidado a los derechos de ese sector. Asimismo, demandó a la ONU abordar “con sensibilidad y seriedad” el tema de la violencia contra este sector a escala mundial durante la Cumbre de Salud Mental que se realizará mañana en Nueva York en el marco de los trabajos de la asamblea general, pues en el mundo hay 420 millones de niños que viven en situaciones de conflicto, de los cuales 24 millones podrían estar experimentando altos niveles de estrés.
María Josefina Menéndez, directora ejecutiva de Save the Children México, indicó que el grupo de edad más vulnerable a la violencia criminal en el país son los adolescentes de entre 12 y 17 años, quienes representan 78 por ciento de los asesinatos de menores.
Otra de las manifestaciones de violencia contra este sector es que se estima que por lo menos 30 mil menores de edad han sido cooptados por el crimen organizado para participar de alguna forma en las estructuras de esas bandas. El Informe de Violencia, Niñez y Crimen Organizado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señala que las condiciones de extrema pobreza que se viven en algunos sectores, genera entre niños y adolescentes “un equivocado modelo de superación a través del crimen”.
Aunado a ello, dijo la activista, datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que de 2007 a 2018, 8 mil 195 personas de cero a 19 años fueron víctimas de desaparición en el país.
La violencia de género también afecta a las menores de edad. Entre 2015 y septiembre de 2018 se registraron en el país 225 feminicidios en mujeres menores de 18 años. El dato que corresponde a los crímenes clasificados como feminicidios, pues en ese periodo se documentaron 800 homicidios más de mujeres menores considerados como asesinatos dolosos.
Además, 10 mil niñas de entre 10 y 14 años de edad se convirtieron en madres durante 2017 a causa de abusos sexuales.
Otros datos que develan la severa crisis que enfrentan los menores en México señalan que 64 por ciento de los niños de cinco años o menos han sufrido algún tipo de abuso sexual; que 63 por ciento de cero a seis años están siendo educados de manera violenta, donde el castigo físico y las humillaciones forman parte de sus vidas como un proceso formativo; y tan sólo en 2017, más de 12 mil 300 niños y adolescentes denunciaron lesiones graves producto del maltrato.
“Son indicadores muy graves de lo que sucede en las pautas de crianza familiares y en un entorno de violencia como el de nuestro país, lo que no les ofrece alternativa”, señaló Menéndez.
Las situaciones de conflicto generan un gran temor entre los menores, llevándolos a trastornos como estrés tóxico, que ocurre cuando padecen altos niveles de ansiedad durante sus primeras etapas de desarrollo.
“Con la guerra y la violencia los daños que pueden generarse en un menor son permanentes. Llevamos más de 12 años donde niños, niñas y adolescentes también ven decapitados, cadáveres, balaceras en sus escuelas, la muerte de sus compañeros o familiares, eso los lesiona gravemente, afecta sus condiciones de desarrollo y puede generar problemas serios de salud mental. También están enojados, la violencia genera violencia, y lo pueden expresar en situaciones de crisis emocional y con un ánimo de venganza y odio”, asentó la directora de Save the Children México.
Lamentó que en términos generales no haya una política dirigida a la infancia en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Y si bien algunos sectores como las secretarías de Educación Pública y de Gobernación empujan programas de primera infancia y de protección integral, en los hechos no hay oficialmente una agenda oficial dirigida a la niñez.
“Necesitamos la voluntad política del presidente, es importante que él le apueste a la agenda de la niñez. Requerimos un estado fuerte, políticas y programas con acciones que sí generen los cambios culturales y con conciencia para lograr que las condiciones de los menores mejoren”.
Con información de La Jornada.