El síndrome blanco está arrasando con los arrecifes del Caribe mexicano. En verano de 2018, se detectó la epizootia que afecta al menos 20 especies de corales. Los biólogos marinos han documentado, hasta mayo pasado, la muerte del 30 por ciento de los corales enfermos, fenómeno que representa un riesgo para las poblaciones costeras ante los huracanes.
El síndrome blanco es tan corrosivo que es capaz de destruir colonias de coral en pocas semanas, “la enfermedad irradia hacia afuera matando al coral dejando el esqueleto desnudo que rápidamente es colonizado por sedimento o tapetes algales”, explica el Plan de Acción del Síndrome Blanco en Arrecifes del Caribe Mexicano, un documento elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente y decenas de organizaciones civiles y académicas.
La enfermedad se atribuye a la mala calidad del agua causada por la ausencia de drenaje y por el exceso de nutrientes producto de la descomposición del sargazo. El uso de protectores solares, la sobrepesca, las prácticas inadecuadas de turismo y el cambio climático son factores han alterado la función del ecosistema de manera irreversible.
Debajo del mar los corales son ciudades amuralladas que protegen la costa. Los investigadores ven con preocupación el rápido avance de la enfermedad, pues a mediano plazo los arrecifes dejarán de tener función de barrera. Mientras tanto, están en busca de información sobre la biodiversidad genética de los corales y la etiología de la enfermedad.
Con información de Proceso.