El ecosistema de Cuatro Ciénegas, en Coahuila, es el único sitio del planeta que en sus pozas ha albergado la diversidad biológica que existía hace miles de años y es el sitio más diverso: en metro y medio de agua hay más riqueza biológica que la de un país como China. Cada sitio es único y se encuentran especies diferentes. Hay bacterias que sobrevivieron a las cinco grandes extinciones, pero no superaron los pasados 50 años, advierte Valeria Souza, investigadora de la UNAM.
El área está a punto de colapsar por la extracción de agua para cultivos de alfalfa y las empresas lecheras. La solución es simple: la Conagua debe cerrar los canales y abrir pozos para abastecer a la agricultura fuera del área de protección de flora y fauna. Había 300 pozas. Del agua que se tenía reportada el siglo pasado en el sitio, sólo prevalece 10 por ciento, señala la especialista en evolución molecular y evolutiva de microorganismos.
El panorama es desolador, parece cementerio de tortugas. En el área de protección de flora y fauna hay tres especies endémicas (tortugas de caparazón blando, bisagra y mancha roja). Imágenes del pasado 18 de julio dan cuenta de que la poza Los Güeros del sistema El Churince está seca. Esto ha documentado el fotógrafo David Jaramillo.
Explica en entrevista que desde el invierno de 2013 comenzó la documentación del libro Parpadeo cósmico, cartas de amor sobre el valle de Cuatro Ciénegas, y produjo el documental con el mismo nombre del área protegida. Realizó una misma toma con diferencia de cuatro años. En el invierno de 2017 la laguna tenía 75 por ciento de desecación. El pasado 18 de julio la poza estaba seca.
Murió la laguna Churince
Souza, también en entrevista, destaca que el área no aguanta otro verano después de éste, la extracción de agua por los canales es brutal. La laguna principal, el Churince, ya se murió. Aunque las bacterias están guardadas en el agua profunda de la montaña, no pueden salir al sol a hacer fotosíntesis, parte de su ciclo natural. Lo del Churince fue una muerte anunciada. Hay varias especies de bacterias que ya no existen. Se fue perdiendo la biodiversidad. Se colapsó el sistema.
Explica que La Becerra, el manantial principal, está muy bajo, en teoría hay una veda sobre el agua profunda, pero nadie regula la que sale a los canales porque no hay una ley que defienda al humedal. Detalla que en las pozas se encuentran los estromatolitos y tapetes microbianos, las comunidades más antiguas de la Tierra, las que hicieron que éste fuera un planeta azul; era anaranjado. Les debemos la vida a estas comunidades.
Deben cerrarse los canales
Para dar una idea del ecosistema piensa en la mariposa de Cuatro Ciénegas, con la sierra de San Marcos en medio. El ala izquierda está muy golpeada y el ala derecha, la que está pegada a la montaña, está bien. Es el rancho Pozas Azules que protege Pronatura, y también está un sistema que llamamos Pozas Rojas. Lo demás está muy lastimado.
Destaca que el deterioro se aceleró en años recientes, era una muerte anunciada. Llega un punto de inflexión cuando ya no se puede revertir; el acuífero que se vació ya no tiene cómo recargarse. Precisa que esto sucede porque la zona es desértica, el tiempo que pasa en promedio el agua de lluvia en la montaña es un mínimo de 60 años. En los últimos cien años ha habido tres tormentas. Prácticamente no hay agua.
Detalló que la solución es cerrar los cinco canales por los que se extrae el agua de la reserva. Desde la década de 1970 se drena el humedal y la Conagua podría dar derechos de pozos para la agricultura en la zona de las montañas, las cuales no han sido tocadas y esos acuíferos no están sobrexplotados. Que se cierren los canales para mantener el agua dentro de cuatro cienegas y se recarguen las pozas.
Los agricultores cultivan alfalfa en una zona desértica, y hay empresas lecheras. Ya hay dinero para el rescate de la zona, del gobierno de Coahuila y de fundaciones, pero sólo falta cerrar los canales, considera Souza.
Con información de La Jornada.