En la víspera de la aplicación del plan de migración negociado con Estados Unidos para contener el flujo de personas que transitan por México hacia el norte, el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Tonatiuh Guillén López, fue relevado del cargo.
En su lugar, el presidente Andrés Manuel López Obrador designó a Francisco Garduño, ex coordinador de penales federales y ex jefe de la policía capitalina.
El nuevo titular del organismo dijo a La Jornada que este sábado trasladarán en aviones de la Policía Federal a 340 agentes migratorios a la frontera sur y el domingo 360 a la norte.
Adelantó que se acotarán y replantearán las tarjetas humanitarias entregadas este año a fin de que se impida el tránsito por todo el país con base en una tarjeta provisional, cuidando que se respete la esencia de lo ya autorizado, pero vamos a acotarlo.
La dimisión de Guillén se conoció a través de un mensaje de Twitter, emitido desde la cuenta del INM, en el cual se informó que el académico renunció al cargo en un oficio dirigido al Presidente, a quien le agradeció la distinción y oportunidad de servir al país.
De igual forma –añadió el INM– agradeció el apoyo y generosidad de Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, y de Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración.
Guillén manifestó desde antes del inicio del sexenio, cuando se perfilaba como responsable del INM, su intención de quitar el enfoque policial al control migratorio.
En declaraciones a este diario, el primero de noviembre de 2018, comentó: Todo eso se va a revisar, porque son prácticas (del INM) de contención y de tipo policial y parapolicial, las cuales no están en el mapa del deber ser de una institución y un país que busca un mejor trato de los mexicanos en el exterior.
Guillén es doctor en ciencias sociales con especialidad en sociología por El Colegio de México y presidió El Colegio de la Frontera Norte durante 10 años (2007-2017). Ha sido profesor e investigador de temas relacionados con la política regional, modernización de gobiernos locales y migración internacional.
Luego, en enero pasado, declaró a la prensa que México no tenía condiciones operativas para atender a los solicitantes de asilo que en ese momento pretendía enviar de manera unilateral Estados Unidos, para que esperaran aquí la respuesta a su proceso.
Casi a la misma hora, la cancillería emitió un comunicado en el que anunciaba que aceptaría, por razones humanitarias, a los peticionarios de asilo del vecino país.
En la actualidad ya son 12 mil en esa condición, varados en la frontera norte mexicana.
Ayer, Sánchez Cordero reconoció el trabajo comprometido y leal de Guillén, y le deseó éxito en sus futuros proyectos.
En un comunicado de Gobernación, la funcionaria precisó que Guillén será el comisionado de migración hasta este sábado.
Le agradeció que encabezara los trabajos durante los primeros meses de esta administración para transformar al INM en una institución moderna, más transparente y con un enfoque en la protección de los derechos humanos.
El gobierno de México, dijo, emprendió un cambio en la política migratoria a través de dos ejes fundamentales: el respeto a los derechos humanos de las personas migrantes y el Programa de Desarrollo Regional para Centroamérica y el Sureste de México, que recién presentó.
Con información de La Jornada.